NAPOLEÓN Y LA PUERTA DE BRANDEBURGO
Pocos años después de su construcción, recibió a las tropas francesas que acababan de vencer al ejército prusiano. La muerte de Federico II en 1786 había supuesto un cierto declive en el reino de Prusia que Napoleón I aprovechó. Así, el ejército francés entraba por el acceso principal a Berlín el 27 de octubre de 1806.
La llegada de los franceses a la capital de Prusia supuso mucho más que una mera derrota para el ejército prusiano, ya que generó un choque entre el nacionalismo francés y el alemán, un pueblo formado por reinos que acabaron desintegrados tras la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico ese mismo año. Se fue poco a poco plantando la semilla del pangermanismo alemán bajo el auspicio del militarismo prusiano y la búsqueda de una identidad nacional alemana. Mientras tanto, Napoleón se dedicaba a planificar cómo llevarse la cuadriga de la Puerta de Brandeburgo que el escultor Johann Gottfried Schadow había diseñado años atrás.
Su "trofeo de guerra" llegó a París seis meses más tarde (en junio de 1807), a lo que iba a ser el futuro Museo del Louvre, no sin haberse dañado algo durante el trayecto. El ejército prusiano entró en París en 1814 y consiguió recuperar la cuadriga. El símbolo, que anteriormente hacía referencia a la paz, pasó a tener un significado nuevo cuando los prusianos le añadieron la cruz y el águila imperial que había diseñado Schinkel. Ahora el conjunto escultórico volvía a su lugar original y presidía la plaza de París como un símbolo de identidad nacional, libertad y victoria para Prusia.